Aunque por mucho tiempo me tenté el corazón, es tiempo de compartir mi opinión sobre la vergonzosa situación que pasa uno de los equipos con mayor afición en nuestro país: las Chivas del Guadalajara. Las "chicas rayadas", las "sheeevas", las "birrias", el "rebaño sangrado" o como les digo normalmente "los putitos esos".
Sí, ese equipo que vive de glorias pasadas con su Campeonísimo (aquel equipo de finales de los cincuentas y principio de los sesentas que ganó siete campeonatos) de los míticos Chava Reyes, el Bigotón Jasso y la Pina Arellano. Fuera de eso, sólo cuatro campeonatos en 50 años, y sólo uno en los inicios de la era Vergara. Ahí está el datalle, como diría Cantinflas.
¿Cuáles son las razones por las que las sheeevas están al borde del descenso? Pues son muchas, y enumeraremos algunas:
1. El carrusel de técnicos.
24 técnicos en 12 años, y por donde han pasado algunos ya varias veces, como el Chepo de la Torre y el maestro Benajmín Galindo, y otros con gran cartel como Azkargorta y Ruggeri. Ningún equipo grande puede jactarse de tener tal rotación en el mando, los proyectos a corto plazo son para equipos "chicos" que buscan mantener la división (que ironía) y no el ganarse el respeto de los demás equipos y de sus propios aficionados.
2. La ruptura con la escuela holandesa.
Fue precisamente en 2003 cuando se contrató como técnico a Hans Westerhof, técnico que tuvo la suerte de dirigir a dos grandes de Holanda como el PSV y el Ajax. Con su llegada vino el redescubrimiento de la cantera birria, que si bien fue base de la selección en los noventas junto con los Pumas, llegaría de nueva cuenta a tomar fuerza. Después, como todo en el reino rayado, llegó el desencanto con su dueño y decidió separarlo. Años más tarde se intentó recuperar esta formación con la llegada de Johan Cruyff como director deportivo y John Van't Schip. Un fracaso total. (Excepto por la magnífica decisión de exigir pasto natural en lugar de sintético en el Omnicaucho)
3. El abandono de su afición.
Esto fue causado por una sencilla razón. La afición sheeeva se compone de distintas generaciones, pero con mucha fuerza aquella de la edad del Campeonísimo, es decir, ruquitos tirapolillas que nunca entendieron la razón por la cual su equipo se tenía que desplazar del inmueble de la Calzada Independencia en Guadalajara, a un nuevo estadio en la periferia de la Zona Metropolitana, en Zapopan. Exactamente aquellos que tomaban sus camioncitos para llegar prácticamente a las escalinatas de entrada (los que conocen el estadio Jalisco lo entenderán), que podían llegar en bicla o hasta caminando. Ellos se sintieron traicionados. Y no se confundan, a mi me encantaría que las poderosísimas Aguileees tuvieran un estadio nuevo y moderno como el Omnilife, pero hay gente casada con el Azteca. Esto ocasionó que la gente dejara de asistir y se percibieran miles de butacas vacías (lo que algunos llaman "los aficionados vestidos de rojo"). Chivas metía más aficionados en canchas ajenas que en su casa. Adiós a la localía.
4. Su bendito presidente.
Aquí generalmente no hay discrepancia. Me gusta incluir la parte en que recuerdo lo naco que es el "Yorch" Vergara, pero eso es irrelevante para lo que quiero explicar. Uno de los grandes errores de los clubes de fútbol es olvidarse de su origen deportivo y querer verlo únicamente como un negocio. Jorgito (y su mujer Angélica) se ha preocupado más por posicionar la marca (es la que tiene mayor valor en el mercado mexicano) que por reestructurar la institución rojiblanca. Su constante intervención en las decisiones de cancha le han valido numerosos conflictos con directores deportivos y entrenadores, a los cuales obviamente corrió de un día para otro. No respeta jerarquías, se salta las decisiones en equipo y regaña a jugadores, le falta el respeto a otros equipos con sus desplegados ofensivos, apuesta pero no paga, qué puedo decir, es un verdadero payaso. Sí, un bufón que se burla de sus propios aficionados prometiéndoles contrataciones espectaculares y termina diciéndoles que el mejor refuerzo es su afición.
Existen otras razones como el uso anticipado de la cantera (no dejan madurar a los jugadores cuando ya los andan debutando como titulares en el primer equipo), la negativa de los demás equipos a venderle jugadores o tasarlos en cantidades exhorbitantes (seguro porque les zurra su dueño) o la más famosa, que es la propia restricción de que el Rebaño sólo juega con jugadores nacidos en México (absurdo pero muy respetable).
La verdad dudo mucho que un equipo como las Chivas desciendan mientras sigan existiendo equipos como el Puebla, UdeG o Veracruz, pero ya conocemos otros casos en el mundo como el de River Plate en Argentina o el mismo Atlético de Madrid en España.
¿La solución? ¡¡Que vendan ya ese equipillo, por Dios!! Y está muy cerca de completarse la transacción, ya que según diversos medios deportivos la familia Leaño (sí, los antiguos dueños del equipo Estudiantes de la UAG, o Tecos como todos los conocían) ya hizo una propuesta muy atractiva para el vendedor de licuaditos milagrosos. Mientras tanto, y como buen azulcrema, me sentaré todas y cada una de las jornadas de este torneo Clausura frente al televisor con la esperanza de que las chicas rayadas se ganen a pulso un lugar en el Ascenso MX. (Que Dios me oiga)
MOP